A principios del mes de marzo del pasado año, localicé una Lavandera completamente blanca, en las riberas del río Oria. Ver aquí.
Solo tuve oportunidad de verla dos veces. Ya entonces pude comprobar que se mostraba muy esquiva. A pesar de ello, pude retratarla a gran distancia, con técnica digiscoping. No la volví a ver durante la época estival.
En la presente temporada, ya desde el mes de noviembre, he estado atento por si volvía por la zona. No ha sido hasta los últimos días de diciembre cuando la he vuelto a localizar, exactamente en la misma zona y sobre el mismo árbol caído sobre el río, que la primera vez.
Una prueba más de la fidelidad que mantienen las aves con sus territorios predilectos, en este caso, de invernada.
Este primer día desapareció enseguida pero, sabiendo que había vuelto, solo había que ser constante para contemplarla de nuevo.
Durante el mes de enero he vuelto por la zona, pudiendo recoger algunas imágenes más. No cabe duda que se trata del mismo ejemplar. Sería difícil que se tratara de otra leucísctica y exactamente en el mismo lugar de la primera vez.
Pero es que además, tiene un rasgo, que la diferencia más, si cabe. Y es una especie de pequeña pincelada amarilla en la faz. El año pasado se le marcaba más en el lado derecho. Este año es más notorio en la zona de la frente.
MARZO 2014
ENERO 2015
El leucismo (del griego leucos, blanco) es una deficiencia en la pigmentación y se define por la falta parcial o completa de melanina.
La melanina (del griego mélas, negro) es un pigmento pardo negruzco, intracelular, que se haya en la mayoría de los seres vivos.
En los ejemplares con leucismo, el ave puede que produzca melanina, pero este pigmento no se deposita en las células de sus plumas, por lo cual, éstas, permanecen blancas, sin colorear.
Por otro lado, aunque nuestra protagonista sea completamente blanca y tenga el pico rosáceo, no podemos decir que se trate de un albino, ya que no tiene el ojo rojo o rosáceo, característico de los albinos, mostrando, como se puede ver, pigmento en ellos. También tiene pigmento en las patas, de un tono amarillento ocráceo.
Salvo que algún experto con mejor criterio me corrija, sigo pensando que se trata de una lavandera leucística.
Esta vez no he sido el único en contemplarla. También la han podido ver en el mismo entorno, otros pajarer@s como Nekane García, Joselu G. Quintas….
Decíamos al comenzar, que se trata de un individuo muy huidizo. Probablemente sea un mecanismo de defensa, ya que los posibles predadores (entre ellos el hombre) la detectan más fácilmente que a otras aves. Y, al tener que huir de ellos con más frecuencia, ha adquirido un alto grado de recelo.
Hará bien en protegerse, porque realmente, por donde se mueve, no pasa desapercibida.