Visto el Pirineo de oeste a este, el Macizo de Gorramendi incluye las primeras montañas de más de 1000 m. Situado en Navarra, a unos 24 km. de Elizondo, en el están enclavadas las cimas del Gorramakil (1100 m,) Gorramendi (1074 m.) y Otanarte (1064 m).
En este cresterio estuvo activa entre 1954 y 1974 una base militar norteamericana de control y seguimiento aéreo por radar, con unas inmensas pantallas que allí se emplazaron.
La base dejó de funcionar en el 1974, pero no fue hasta el 2007 que se desmantelaron. Ahora, todavía quedan en pie unos barracones abandonados. El resto son ruinas.
Para llegar a las instalaciones, los americanos construyeron una carretera de 10 km., que parte desde el puerto de Otxondo. Esta facilidad de acceso, ha hecho que seamos muchos los aficionados a las aves que nos acercamos hasta la zona, ya que es visitada por multitud de especies de aves.
La presencia a mediados de septiembre de un grupeto de Chorlitos carambolos (la primera observación fue el 11/09), nos sirvió de excusa para acercarnos este último domingo día 27 de septiembre, hasta aquellos parajes. Fui en compañía de Victor Marugán, uno de los pajareros que habían tenido la suerte de contemplar los Carambolos.
CHORLITO CARAMBOLO 11-09-2015
A primera hora de la mañana, una espesa niebla cubría los valles. Una vez en las laderas cercanas a la cumbre, pudimos contemplar una bellísima panorámica: un manto de algodón cerraba el valle, con los primeros rayos del amanecer en el horizonte.
Ya adelantamos, que esta vez no vimos los Carambolos, pero la visita mereció igualmente la pena. Un buen puñado de aves nos alegraron la mañana con su presencia. Lo primero que llamó nuestra atención, fue esta preciosa Tarabilla norteña.
Luego aparecieron unas cuantas Collalbas grises, que como otras múltiples especies, están en pleno periplo migratorio.
Las Alondras patrullaban por el suelo en busca de alimento y penetraban sin temor en los caminos empedrados.
La niebla fue subiendo del valle y se agarró por momentos a las cimas que transitábamos, dificultando mucho la visión.
Por momentos, un tupido velo aparecía ante nuestras pupilas, tras el cual se situaba un nutrido grupo de Bisbitas alpinos…
A los siguientes Bisbitas, podemos apreciarlos con más nitidez.. Los disfrutamos a placer, porque eran abundantes..
Ya digo que la niebla intermitente nos impedía por momentos la visión. Esta rapaz surgió como una aparición. Lo identificamos como Aguilucho pálido.
El Colirrojo tizón ocupa gran variedad de hábitats, desde la costa a la alta montaña, y es habitual en edificios y construcciones urbanas. Durante la mañana vimos varias parejas deambular entre el roquedo.
Otra especie habitual en la zona en estas fechas, es el Bisbita pratense. Ave discreta y de hábitos terrestres, pudimos observar numerosos efectivos dispersos por el pastizal.
La sorpresa vino a media mañana, con la visita de un invitado especial: el gran Buitre barbado. Un ejemplar adulto de Quebrantausos, que solo tuvimos la oportunidad de divisar unos escasos segundos en el horizonte, a gran distancia, sobre el valle regado por Oxintoko Erreka. La imagen está muy recortada.
Entre los pastos, todavía se aprecian algunas flores y plantas. Victor, se fijó en esta planta perenne, endémica de la Cordillera cantábrica y los Pirineos: el Cardo lanudo.
CIRSIUM ERIOPHORUM
Otros habitantes alados que pudimos observar durante la jornada fueron: Pinzones, Petirrojos, Carboneros, Jilgueros, Papamoscas cerrojillos, Mosquiteros, Tarabillas comunes, Chovas piquirrojas, Cuervos, Cornejas, Cernícalo común.…
Completamos la entrada con otra imagen de uno de los Carambolos del 11 de septiembre.
A media tarde, con los buitres sobrevolándonos en lontananza, fuimos despidiéndonos de aquel entorno privilegiado. No será la última vez que lo visitemos.
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