Como ya comenté en mi anterior entrada, había llovido abundantemente en Zamora, durante los meses de diciembre y enero pasado. Esos intensos aguaceros y las tormentas de mayo, fueron suficiente para que el campo se mostrara espléndido al comienzo de la primavera,.y las semanas siguientes.
Y habiendo agua, las posibilidades de una buena temporada de paso, y sobre todo reproducción, se multiplican.
Mis habituales áreas de observación en Zamora, son el pantano de Valparaíso (Cional/Villardeciervos), pueblos más o menos cercanos, y el centro de referencia en la provincia, que es la Reserva de Villafáfila.
Al comienzo de la temporada primaveral, en el mes de marzo, todavía quedaban algunas especies algo remolonas a la hora de dar comienzo a su periplo migratorio. Es el caso de este Bisbita pratense.
Otros, de la misma familia, iniciarían en los siguientes días su traslado de corto recorrido hacia los sistemas montañosos próximos, donde comenzarían las labores de reproducción.
BISBITA ALPINO. Villardeciervos
Pocas aves anuncian de forma tan clara y reconocible la primavera, como la Abubilla y el Cuco. Esta temporada, tuve la suerte de observar una bonita escena, donde un adulto obsequiaba comida al otro, como preámbulo a su emparejamiento.
Referente al Cuco, en cuanto llega a su territorio de cría, retumba en los campos su persistente y monocorde canto. Esta especie parásita no construye nido, y la hembra, depositará sus huevos en nidos ajenos, habitualmente, de pequeños paseriformes.
CUCO COMÚN. Lagarejos de la Carballeda
Un pariente cercano, también de la familia de los Cucúlidos, e igualmente parásito, el Críalo, depositara sus huevos en nido ajeno, aunque en este caso, lo hará casi específicamente en nidos de córvidos, fundamentalmente Urracas.
La Lavandera boyera es una especie estival en la Península. Aumenta considerablemente su población en época migratoria, siendo en esta época más fácil su observación. La gran mayoría de las que he localizado eran de la subespecie iberiae.
Una de las aves más llamativas y espectaculares de la Península, el Flamenco cómun, llega de forma esporádica a la provincia de Zamora,, donde se han localizado muy escasos ejemplares.
El de la imagen se ha dejado ver en las Graveras de Coreses desde diciembre del año pasado, y posteriormente, en otros puntos de la provincia.
Curiosamente también he llegado a observar otros efectivos en el último año, en Gipuzcoa y en el suroeste de Francia, aunque en estos últimos casos, probablemente fueran ejemplares llegados de la Camarga francesa.
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