Parece que estamos en racha con las aves raras o muy escasas. El pasado viernes 23 de septiembre, Juan Carlos Dieguez, descubrió un Correlimos canelo en la localidad bizkaiana de Guetxo.
Esta especie cría en la tundra del alto Artico en America del Norte e inverna en el cono sur, sobre todo en la pampa argentina y en países limítrofes, como Uruguay.
Todos los años llega algún ejemplar a Europa. En España, en los últimos años, se han visto de forma ocasional en Galicia, Canarias, Cataluña…. En la mayoría de los casos, se trata de aves juveniles, como nuestro protagonista.
CORRELIMOS CANELO /TRYNGITES SUBRUFICOLLIS
Curiosamente ha ido a hacer un alto en el camino en un medio muy humanizado: una pradera cercana al mar, utilizada por paseantes y canes para su esparcimiento.
Especialmente manso, no mostraba ningún reparo a la presencia humana. Sin embargo, cuando aparecía algún perro, mostraba cierto nerviosismo y no perdía de vista all can. Pasada la alarma, seguía a lo suyo, que era atiborrarse de pequeños invertebrados y semillas.
En el siguiente vídeo, en la última escena, se puede ver su reacción ante la presencia de un perro, que entró en su campo visual durante unos segundos.
Es patente su parecido con el Combatiente (Philomachus pugnax), sobre todo en posición erguida. No obstante, se diferencia, aparte de por su menor tamaño, por algunos rasgos característicos. Aquí vemos algunos:
1. Tiene el más pico corto, recto, fino y negro que el Combatiente.
2. Anillo ocular claro notorio, alrededor del ojo.
3. Motas negras a ambos lados del pecho.
En compañía de Víctor Marugán, lo estuvimos observando el sábado día 24 por la tarde. Al día siguiente, nadie pudo localizarlo. Estancia pues, breve, pero intensa, de un ave que, aunque ya no es considerada rareza en España (lo fue hasta 2015), todavía sigue siendo escasa y difícil de observar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario