El Txindoki es uno de los montes más característicos y frecuentados de Guipuzcoa. Se encuentra dentro de la Sierra de Aralar, y aunque es conocido así por la mayoria de montañeros, su nombre original es Larrunarri, o su contracción Ñañarri, que es como tambien lo llaman en todo el valle del Goierri. En realidad, el nombre Txindoki se ha adoptado por una txabola pastoril con el mismo nombre, situada cerca de la cima.
ZONA NORTE DE LA SIERRA DE ARALAR
TXINDOKI / LARRUNARRI
El día 30 de diciembre, junto con el compañero Maxi Manso, habíamos quedado para hacer camino hasta la cumbre. De esa manera despedíamos el año y, con suerte, podíamos tener la oportunidad de avistar aves de montaña.
La mañana se presentó magnífica en el valle en cuanto a la temperatura, pero sumamente ventosa en cuanto ascendimos unos metros.
A primera hora, nada más dejar el barrio de Larraitz, vimos unos cuantos Milanos reales. Comenzaba bien la jornada. Sin embargo, pronto nos dimos cuenta que, a causa del viento, no íbamos a ver algunas de las aves que suelen ser habituales en el recorrido. Aún así, pudimos contemplar algunas especies.
Haciendo ruta, aparecieron los primeros Buitres leonados, que aprovechaban para dejarse llevar por las fuertes corrientes de aire. Nos acompañarían durante toda la jornada.
En las zonas de praderío montano, algunas Chovas piquigualdas, rebuscaban tratando de encontrar algún invertebrado…
Los últimos tramos del recorrido fueron los más duros, transitando por los empinados pasillos de roca caliza que llevan a la cumbre.
Durante todo el recorrido nos acompañó un viento insistente, pero, al llegar al cresterío, las ráfagas frías e impetuosas, nos hacían permanecer agazapados para protegernos. Allí las Chovas piquigualdas, se mostraban muy cercanas, esperando recoger algún despojo.
CHOVA PIQUIGUALDA /PYRRHOCORAX GRACULUS/ BELATXINGA MOKOHORIA
Desde nuestra privilegiada atalaya, pudimos disfrutar a placer de los vuelos de estos córvidos. Se dejaban arrastrar por las corrientes ascendentes, luego realizaban descensos vertiginosos, planeos estáticos y formidables quiebros acrobáticos: una verdadera gozada.
Entretenidos con el vuelo de las chovas, nos sorprendió la presencia de este precioso Acentor alpino. Ave típica de montaña, suele ser bastante confiada con la presencia humana, y se deja ver en las cercanías de refugios de montaña, estaciones de esquí, etc. Fue una magnífica recompensa encontrarlo en la misma cumbre.
ACENTOR ALPINO/ MENDI TUNTTUNA/ PRUNELLA COLLARIS
Principalmente insectívoro, también se alimenta de semillas, pequeños trozos de fruta, etc. Es algo mayor que el Acentor común, y como es de ver, mucho más llamativo.
Aproximadamente a media bajada, en Ziate behekoa, Maxi tuvo la ocurrencia de ponerme de modelo, para mostrar el imponente peñascal de Larrunarri al fondo.
En el pie de monte, y a esa hora de la tarde, el viento había amainado algo. Cerca del aparcamiento de Larraitz, aparecieron algunos grupetos de avecillas: Carboneros comunes, Pinzones, Herrerillos, Petirrojos... Entre ellos destacaban estos dos nerviosos pajarillos: un Carbonero palustre y un Herrerillo capuchino, que de inmediato desapareció rumbo al pinar cercano.
CARBONERO PALUSTRE/ KASKABELTZ TXIKIA/ POECILE PALUSTRIS
HERRERILLO CAPUCHINO/ LOOHOPHANES CRISTATUS/ AMILOTX MOTTODUNA
Con estas dos especies, terminamos el recorrido montañero. Cansados (yo más que Maxi) pero tremendamente satisfechos. De eso se trataba. De pasar un agradable día de campo, en buena compañía.
Alfredo, preciosas imágenes del acentor alpino y de la chova piquigualda. Está claro que mereció la pena la subida, jeje
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Desde luego que mereció la pena. Las aves, la gran panorámica de los distintos valles que lo rodean... Un día perfecto de campo. Gracias por tu comentario, Iñaki.
ResponderEliminarUn abrazo
Alfredo