Seguimos confinados en nuestros respectivos domicilios, por culpa del Coronavirus. Son ya 28 días de reclusión, pero la pandemia no acaba de remitir. Esto va para largo.
En estos últimos días, por la ubicación de mi vivienda en Donosti, he podido observar desde el balcón, con teles, el paso migratorio de diferentes rapaces, Milanos negros y Reales, Culebreras, Aguiluchos, Calzadas, algún Esmerejón, Cigüeñas blancas y negras, Alimoche... También, algunos paseriformes, aunque menos, al ser una zona muy urbanizada, Jilgueros, Pardillos, Pinzones, Golondrinas,...
He decidido seguir con el blog. Seguiré con los contenidos que vaya teniendo a mano, disfrutando en mi tiempo de encierro. Y espero que, al personal que tenga interés, le puedan servir, al menos, de entretenimiento.
En esta entrada voy a rememorar mi presencia en el término de Cional, Sierra de la Culebra (Zamora) durante el mes de abril del año pasado. Allí y también desde una de las ventanas de la casa, pude ver las evoluciones de distintas avecillas, entre ellas un Ruiseñor común, en plena toma de posesión de su territorio.
RUISEÑOR COMÚN / LUSCINIA MEGARHYNCHOS / URRETXINDORRA
Al poco de llegar del Africa tropical donde pasa el invierno, comienza las maniobras para atraer a la hembra con su canto, uno de los más bellos y armoniosos de nuestra naturaleza.
Su trino ha inspirado obras musicales y cuentos, siendo múltiples los poemas que evocan el canto potente y creativo de nuestro protagonista.
Mencionar también que es una de las pocas aves que prolonga su incansable melodía durante toda la noche. Y puedo decir que es increíble la sensación que produce su poderosa voz, en medio de la noche cerrada.
Desde luego, es un ave muy conocida y reconocida por su canto. Pasada la época nupcial, sin embargo, se comporta como un ave más bien tímida y huidiza, que pasa desapercibida.
Durante su estancia entre nosotros, se puede observar su silueta típica, con las alas colgando del cuerpo y la cola levantada.
Dispone de un plumaje muy discreto, con el dorso pardo, vientre pardo-grisáceo y su distintiva cola pardo rojiza.
Suele ocupar ambientes frescos donde haya humedad y formaciones arbustivas tupidas, como sotos fluviales, densos zarzales, etc.
A lo largo del pequeño vallejo que atraviesa el pueblo, pude localizar durante aquellos días de abril, hasta cuatro territorios ocupados por este de pajarillo de atractivo e inspirado canto.
! Ay de nuestro ruiseñor
si en una noche serena
se cura del mal de amor
que llora y canta su pena !
A. Machado
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